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Inclusividad y Género en el CLPI

Publicado en Diálogo CLPI, Recursos

La inclusión puede tener un impacto positivo sobre todos los elementos de un proyecto extractivo - reforzando un ambiente de trabajo respetuoso y equitativo, respaldando la capacidad de todos los miembros de la comunidad para comunicar sus preocupaciones e intereses y promoviendo una relación respetuosa entre los empleados de la empresa (o contratistas) y la comunidad.

Es importante que las empresas se relacionen de manera proactiva y accesible con diferentes grupos de mujeres y hombres, incluyendo jóvenes - no solo líderes comunitarios - para evitar problemas de "captura por la élite", disparidades de género o impactos no deseados sobre grupos no representados o subrepresentados dentro de una comunidad.

¿Qué Consideraciones son Importantes?

En ocasiones los esfuerzos de la empresa por respetar y promover la cultura tradicional en una comunidad dificultan el fomento de la inclusión. A veces, sin embargo, los proyectos importantes conllevan riesgos de impactos negativos o de marginación de aquellos que ya están privados de sus derechos. Si una empresa no reconoce las preocupaciones o los conflictos internos de una comunidad, estos pueden convertirse en protestas sociales. Es particularmente importante ser consciente de los elementos de poder existentes que se reflejan en cómo (y para quién) se reconocen los derechos locales sobre la tierra, cómo (y por quién) se administran o poseen las finanzas y los recursos familiares, y cómo los impactos y beneficios asociados con el desarrollo industrial pueden ser refractados en toda la comunidad.

Las empresas deben darse cuenta de que su mera presencia tendrá algunos impactos culturales. Los proyectos industriales traen cambios, impactos y oportunidades ambientales, sociales y económicos. Pero a menos que se comprenda bien el contexto y la dinámica social, para algunos las "oportunidades" podrían exacerbar las desigualdades o vulnerabilidades preexistentes dentro de las comunidades.

Crédito de la foto: Debbie Espinosa, cortesía de Landesa

Al mismo tiempo, promover la inclusión no tiene necesariamente que comenzar con una conversación explícita sobre por qué las empresas o los gobiernos deberían "cambiar la forma en que se hacen las cosas aquí". Las empresas pueden promover comportamientos inclusivos modelándolos en sus propios lugares de trabajo y procesos, reconociendo a todas las partes de la comunidad como vecinos y buscando participar activamente y generar beneficios para todos.

Las empresas y los gobiernos saben que no deben repercutir negativamente sobre los derechos humanos. En lugar de apuntar a un objetivo poco práctico como es lograr "cero impactos", las empresas deben comprometerse a una línea de base de no hacer daño y a una meta de hacer el bien. Una empresa que se compromete a "no hacer daño" debe trasladar este objetivo a su planificación de participación comunitaria.

¿Cuáles son los Riesgos de Ignorar la Inclusión?

La equidad puede tener un impacto positivo sobre todos los elementos de un proyecto extractivo - reforzando un ambiente de trabajo respetuoso y equitativo, respaldando la capacidad de todos los miembros de la comunidad para comunicar sus preocupaciones e intereses y promoviendo una relación respetuosa entre los empleados de la empresa (o contratistas) y la comunidad.

La inclusión - de mujeres, jóvenes y grupos minoritarios o marginados - sigue siendo una preocupación importante, especialmente en comunidades donde obviamente no pueden participar en la toma de decisiones.

La incorporación de consideraciones de inclusión en las prácticas corporativas internas y externas puede ser un desafío por un gran número de razones. La incapacidad para incorporar totalmente - o lograr que estas consideraciones sean la "política dominante" en la práctica empresarial, sin embargo, puede conllevar riesgos importantes. La falta de protección contra el acoso y el abuso sexual - tanto dentro de la empresa como por empleados o contratistas que operen en la comunidad - también compromete la seguridad de la comunidad y la fuerza laboral. De manera similar, cualquier acuerdo que refleje la privación de derechos de las mujeres (o jóvenes, o las personas mayores u otros grupos marginados dentro de una comunidad) es una vulnerabilidad potencial para las empresas. Si un grupo importante de la población de una comunidad está insatisfecho, la empresa se enfrentará a desafíos, protestas y otros obstáculos que dificulten las operaciones productivas. Ese grado de insatisfacción puede fácilmente causar un daño visible a la reputación de una empresa.

Según la investigación cuantitativa del Dr. Ciaran O'Faircheallaigh sobre las condiciones de negociación, el contenido y los resultados

Género

Mientras que la mayoría de países tiene leyes que garantizan la igualdad de género, en la práctica las mujeres suelen estar en desventaja. Cuando en el análisis de impacto social se incluye información sobre los impactos que afectan o pueden afectar a las mujeres o las comunidades marginadas, los proyectos tienen más posibilidades de garantizar que los derechos humanos de todas las personas se reflejen en los procesos de CLPI.

El “género” puede ser a veces una concesión fácil en una negociación, y planes como huertos o proyectos de tejido pueden confundirse con prestar atención adecuada a estas consideraciones. La fuerza laboral del sector extractivo sigue siendo mayoritariamente masculina, y las culturas corporativas a menudo, y en gran medida, consideran que las dinámicas de género o intracomunitarias son temas "sociales" que están comprendidos dentro del ámbito de los Departamentos de Relaciones Humanas o Comunitarias.

Además de comprender las posibles dinámicas relacionadas con el género o la inclusión dentro de las comunidades, las empresas pueden examinar su propio rol en los impactos de género y las oportunidades para mejorar sus prácticas, tanto entre su propia fuerza laboral como en su participación con la comunidad, incluyendo el desarrollo y la observancia de políticas sólidas relacionadas con la inclusión y comportamientos respetuosos. 

Los impactos imprevistos sobre los medios de sustento físicos y económicos de las mujeres causados por no considerar el género pueden crear más vulnerabilidades. Según la investigación cuantitativa del Dr. Ciaran O'Faircheallaigh sobre las condiciones de negociación, el contenido y los resultados comunitarios de más de 40 acuerdos entre empresas y comunidades en Australia, sin embargo, los resultados satisfactorios para las mujeres parecen estar correlacionados con los resultados satisfactorios para la comunidad en general. Las empresas, por lo tanto, deben buscar aplicar una lente sensible al género y la vulnerabilidad a las evaluaciones de impacto social, las prácticas de consulta y los acuerdos.

Algunas consideraciones incluyen:

  • Relaciones diferentes con la tierra: si bien tanto hombres como mujeres pueden tener responsabilidades en torno a la producción de alimentos, es más probable que los hombres produzcan cultivos comerciales mientras que las mujeres sean responsables de la agricultura de subsistencia y la nutrición familiar. Esto último puede ser subestimado - tanto por las empresas como por los representantes masculinos de la comunidad - cuando se concretan acuerdos para apoyar la reubicación de la comunidad. Las mujeres a menudo deben acceder a la tierra a través de sistemas patriarcales en los que el marido es el propietario formal de ella; las mujeres podrán recibir poca o ninguna compensación por la venta de tierras, pero aún así serán las responsables de la nutrición familiar. El uso de tierras comunitarias para la agricultura de subsistencia es común, pero esto rara vez es tomado en cuenta en la adjudicación de concesiones o paquetes de compensación. Incluso cuando se ofrecen oportunidades de trabajo como medio de compensación, es poco probable que los empleos mal remunerados compensen la carga adicional que supone el suministro de alimentos.
  • Las mujeres a menudo se ven afectadas de manera desproporcionada por los problemas familiares. 
  • Las desigualdades de género, raciales o de otro tipo pueden existir en una variedad de áreas: acceso a la información, compensación, restauración de medios de subsistencia, toma de decisiones comunitarias y activos y finanzas.
  • En todas las sociedades, un aumento de la violencia de género está correlacionado con el estrés familiar, los cambios en las estructuras de poder y un mayor acceso a dinero en efectivo.
  • Las mujeres y las comunidades marginadas a menudo tienen menos acceso a reparaciones.
  • Algunos intentos bien intencionados tienen consecuencias imprevistas. Por ejemplo, el lenguaje neutro desde el punto de vista de género puede con frecuencia permitir la exclusión indirecta de las mujeres. De manera similar, las cuotas o reglas sobre quórum sin requisitos para una participación significativa de mujeres o grupos marginados pueden preservar un status quo en el que esos grupos están subrepresentados.
  • Los impactos y la capacidad de actuar pueden diferir de una cultura a otra e incluso de un emplazamiento a otro; las empresas no deberían ver a las mujeres como "víctimas" homogéneas.
  • Las tradiciones basadas en el género existen en varias culturas, por lo que hace falta comprender los derechos y responsabilidades de cada género en el ámbito domiciliario y tomarlos en cuenta durante cualquier cambio, alteración, reasentamiento u otro evento. Es especialmente importante comprender a través de un análisis cuidadoso si las costumbres promueven activamente la desigualdad (o si son simplemente diferencias culturales inocuas), y la propiedad de intermediar en cambios en las prácticas locales (con tacto, sólo donde sea realmente necesario y previniendo que podría haber consecuencias no intencionales). Trabajar dentro de un contexto cultural preexistente puede ser una propuesta complicada, particularmente cuando empresas occidentales ingresan a espacios culturales con tradiciones y perspectivas diferentes (por ejemplo, donde las mujeres no tienen un rol definido o es limitado). Aunque las empresas y las ONG no quieren ser vistas como atacantes de las culturas regionales, es posible que deseen crear oportunidades para que las mujeres desempeñen nuevos roles o lideren la toma de decisiones, o expandir los roles potenciales de los hombres. Las empresas pueden ayudar a las comunidades a adoptar la inclusión a largo plazo demostrando el beneficio de obtener contribuciones desde una variedad de perspectivas, no imponiendo lo que deben hacer las culturas locales.

¿Qué son las buenas prácticas?

Es importante que las empresas se involucren de manera proactiva y accesible con diferentes grupos de mujeres y hombres, incluyendo a los jóvenes - no sólo con los líderes comunitarios, particularmente respecto a:

  • Divulgación de información
  • Opciones y mecanismos de consulta
  • Mecanismos de concertación
  • Acuerdos para entrega de beneficios

Algunas buenas prácticas para empresas que aplican una perspectiva de inclusión a la participación de la comunidad incluyen:

Crédito de la foto: Debbie Espinosa, cortesía de Landesa
  • Organizar reuniones sólo para mujeres, sólo para jóvenes o similares para grupos que pueden estar marginados para garantizar que estas voces puedan ser escuchadas.
  • Organizar eventos comunitarios de tal manera que permitan la participación de grupos que pueden estar marginados (por ejemplo, posibilitar la participación de mujeres celebrando las reuniones en momentos que no compiten con las responsabilidades familiares, proporcionando cuidado infantil, etc.). Las reuniones de consulta comunitaria también podrían incluir de manera permanente un momento en el que se planteen las inquietudes de las mujeres, los jóvenes u otros grupos.
  • Crear mecanismos y medidas que aborden específicamente las preocupaciones de las mujeres, por ejemplo, el uso de herramientas bancarias electrónicas o la transferencia de dinero por teléfono móvil y servicios bancarios para pagar a las mujeres directamente; y priorizar el acceso a recursos esenciales como tierras y agua para la agricultura de subsistencia y otras actividades domésticas de las que las mujeres pueden ser las principales responsables. 
  • Establecer y difundir mecanismos de participación (así como mecanismos de reclamación) y garantizar que sean accesibles - de manera práctica - a las mujeres de las comunidades. Esto puede incluir el contratar más mujeres para los equipos de enlace comunitario, capacitaciones sobre género para los equipos de enlace comunitario, y la ubicación de las oficinas de enlace comunitario en lugares a los que las mujeres puedan acceder fácilmente.
  • Campañas informativas dirigidas a mujeres, hombres, jóvenes, personas de la tercera edad u otras comunidades minoritarias para buscar y conseguir la aceptación de todos los sectores.
  • La recopilación de datos desglosados por sexo puede contribuir a una mejor comprensión de los impactos y beneficios y contribuir a una mejor toma de decisiones y mejores acuerdos.
  • En el curso de las evaluaciones de impacto ambiental, social y de salud, un ejercicio de mapeo de tierras con mujeres y hombres, así como un "mapeo de responsabilidades" en el ámbito domiciliario, pueden ser herramientas útiles para comprender los problemas asociados con los derechos de las mujeres a la tierra, el uso de la tierra, las responsabilidades económicas y las vulnerabilidades potenciales vinculadas a la tierra; así como consideraciones potenciales para una planificación que tome en cuenta al género.
  • Las empresas deben ser explícitas sobre cómo los proyectos impactarán de manera diferente a mujeres y hombres (y subgrupos como jóvenes, personas mayores, etc.) - y prestar atención a cómo las estructuras de poder en torno a la participación, los beneficios, los derechos sobre la tierra y la gestión financiera pueden influir en la capacidad de las mujeres para brindar información útil, compartir inquietudes y comprender los efectos del proyecto. Las mujeres deben estar debidamente informadas y participar en los procesos de toma de decisiones. 
  • En muchas situaciones, puede ser importante informar a los hombres y otras personas en posiciones de liderazgo sobre el beneficio añadido que recibirán al garantizar que las necesidades de otros grupos también sean satisfechas a través de métodos como concienciación sobre derechos y responsabilidades y campañas informativas; por ejemplo, la familia en su conjunto se beneficiará de un aumento en su capacidad de generar ingresos.
  • Si bien la creación de oportunidades para que las mujeres, los jóvenes y otros desempeñen nuevos roles puede presentar desafíos, al mismo tiempo también es posible que surjan oportunidades que contrarresten las preocupaciones de la comunidad al crear nuevas oportunidades para aquellos que actualmente ocupan posiciones de liderazgo.
  • Una buena filosofía empresarial es que “los más afectados por las operaciones deberían ser los que más se beneficien”.